La estabilidad de las finanzas públicas, la solidez del consumo así como los ingresos por exportaciones y crudo apuntalan la resiliencia.
La economía mexicana destacará este año por su resistencia a la recesión que sí transitará su principal socio comercial, pero eso no significa que tienen una perspectiva positiva para el crecimiento, advirtió el director de grupos soberanos de Fitch Ratings, Todd Martínez.
No podemos perder de vista que México es la economía emergente de América Latina que tardó más en recuperar sus niveles prepandemia y esta tendencia nos habla de una lenta recuperación del PIB real tras la crisis, subrayó.
En un webinar sobre el “Panorama Crediticio para América Latina en el 2023”, destacó que la estabilidad de las finanzas públicas, la solidez del consumo a partir de los flujos de remesas, así como los ingresos por exportaciones y petróleo, son factores que apuntalan la resiliencia de la economía mexicana.
Estimó que la actividad económica de México registrará un PIB de 1.4% este año mientras Estados Unidos alcanzará apenas un avance de 0.2 por ciento.
“Este estimado de crecimiento no es en sí muy bueno pero sí refleja resiliencia considerando el contexto”, resaltó.
El pronóstico que tiene Fitch para Estados Unidos incorpora la expectativa de una recesión tradicional, que son dos trimestres consecutivos en contracción.
Este deterioro en la economía estadounidense provocará una desaceleración en el flujo de remesas hacia México que sin embargo seguirán fluyendo y no afectarán de manera importante al ingreso familiar que las recibe.
Tasa terminal en 11%
En el mismo webinar participó Shelly Shetty, directora ejecutiva de soberanos en Fitch, y ex analista soberana de México en la firma. Ella comentó que la lenta recuperación económica de México abre la oportunidad de que sigan recuperándose sectores productivos que fueron afectados por la pandemia lo que da espacio para acelerar la actividad económica.
Anticiparon que la tasa terminal del ciclo alcista en México llegará a 11% y que ahí se mantendrá durante todo el año en tanto consigue suavizarse la presión inflacionaria y conforme se estabiliza también el rédito en Estados Unidos.
Previo, el economista jefe de Fitch, Brian Coulton, descartó que disminuya la presión alcista de la inflación mundial, lo que llevará a los bancos centrales de Estados Unidos, la Zona Euro y Reino Unido a mantener las tasas en niveles elevados durante todo el año.
La inflación se encuentra lejos del objetivo de los bancos centrales y la subyacente es dos y hasta tres veces superior a la que tienen los bancos centrales, eso es lo que hace pegajosa a la inflación y lo que dificulta las expectativas de un recorte en las tasas, refirió. Los bancos centrales se mueven mucho más lento que la economía y no se puede perder de vista que desde la Reunión de Jackson Hole en agosto expresaron su preocupación por los errores de diagnóstico cometidos sobre los choques inflacionarios.
Nosotros no esperamos ningún recorte en las tasas en el 2023, subrayó.
Martínez comentó más tarde que la expectativa sobre México es que seguirá el curso de la Fed tanto en los incrementos como en el tiempo que se sostendrá la tasa sin recortarla este año.
Perfil financiero estable
Martínez destacó que las autoridades fiscales han sido muy estrictas fiscalmente desde que inició la pandemia y este elemento se ha convertido en un atractivo para los inversionistas en momentos de incertidumbre contra emergentes.
Acerca de los ingresos públicos del país, Shelly Shetty, explicó que una reducción en los precios internacionales de petróleo no tendrá un impacto profundo en México.
México es exportador de petróleo pero también importa derivados del petróleo desde el 2014, de manera que el efecto podría compensarse, argumentó.
Consideró que el presupuesto en ejercicio para el 2023 está protegido contra los vaivenes del precio del petróleo y enfatizó que los ingresos generados en 2021 y 2022 por el mismo precio del hidrocarburo alcanzaron incluso para que el gobierno pudiera subsidiar el precio de la gasolina y el gas.
Este panorama justifica la perspectiva de estabilidad que mantiene la calificación de México, que se encuentra en “BBB-“, que es un nivel arriba del grado de inversión.
En noviembre del 2022 Fitch confirmó la nota soberana de México en “BBB-” con perspectiva Estable, argumentando el marco de política macroeconómica prudente, finanzas públicas sólidas así como una deuda estable.
La nota soberana se mantiene en el nivel más bajo del Grado de Inversión, tal como ha estado desde abril del 2020, cuando fue degradada ante el impacto que estimaban sufriría la economía por la pandemia y el inédito cierre de las actividades productivas.
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