La ley los considera espectaculos “lascivos” y el gobernador habló de proteger a los niños del contenido sexual explícito en los shows de transformismo
La llamaron la “Ley de Protección de los Niños”, una legislación que, según la explicación del gobernador Ron DeSantis, está diseñada para castigar a las personas o comercios que permitan a los niños presenciar espectáculos de transformismo (Drag Queens), actuaciones burlescas u otro tipo de entretenimiento “lascivo”. Un nuevo capítulo en la lucha de DeSantis que algunos interpretan como defensa de los menores y otros como un ataque directo a la comunidad trans.
Desde una escuela privada cristiana en la ciudad de Tampa, el gobernador organizó un evento mediático para la firma de la ley que entrará en vigor el próximo 1 de julio. Rodeado de niños y ante un auditorio lleno de padres, DeSantis explicó que la persona que admita a un niño en un espectáculo enfrentará cargos de delito en primer grado que pueden resultar en una condena que iría desde una multa de mil dólares hasta un año en prisión.
La “Ley de Protección de los Niños” prohibe que se permita el ingreso de cualquier menor de 18 años en cualquier tipo de “espectáculo, exhibición u otra presentación frente a una audiencia en vivo que, en su totalidad o en parte, represente o simule desnudez, conducta sexual, excitación sexual o actividades sexuales específicas”, según se lee en la legislación.
El texto convertido en ley por DeSantis ahonda en los pormenores de los espectáculos en cuestión indicando que serán penados los que autoricen el ingreso de menores a shows en los que haya “conducta lasciva, o exposición lasciva de prótesis o genitales o senos de imitación, en los que se busque atraer intereses lascivos, vergonzosos o morbosos y haya exhibiciones evidentemente ofensivas, sin valor literario, artístico, político o científico serio para el público”.
Si en lugar de ser una persona, el estado determina que es un comercio o corporación el responsable del ingreso de menores a espectáculos de este estilo, el hotel, teatro, restaurante, bar o club deberá pagar una multa de 5 mil dólares en la primera ofensa y 10 mil dólares en las subsiguientes. El Departamento estatal de Regulaciones de Negocios y Profesionales puede, además, revocar la licencia de operación del comercio en cuestión.
Pero la ley va más allá y se mete con los gobiernos locales. Las municipalidades que autoricen eventos públicos, como los desfiles del orgullo gay, pueden ser multadas y recibir cargos de delito si es que hay menores en esos eventos.
La ley no incluye la palabra drag (transformista) en ningún momento, pero describe casi al pie de la letra la naturaleza de este tipo de shows.
“Es triste que tengamos que hacer esto. Existen estos shows de drags que tienen contenido sexual explícito. Eso es lo que hace. Son adultos en el mundo del entretenimiento. Y pueden hacer lo que quieran con eso. Pero exponer a niños a esto… Hemos visto casos donde una niña de 8 años era parte de un show explícito. Eso es inaceptable”, decía DeSantis.
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