La posible candidatura presidencial de Gálvez deja a alianza Va por México sin opciones fuertes para la capital y merma las posibilidades de recuperar la ciudad
Las elecciones del año próximo han ocupado toda la agenda política de las últimas semanas. Además de la Presidencia de la República, los partidos se disputarán en 2024 las gubernaturas de nueve Estados, entre ellos Ciudad de México. La capital le dio en los últimos comicios un enorme golpe al gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que ha alimentado las esperanzas de la oposición de recuperar la jefatura de Gobierno en la próxima cita a las urnas. Las posibilidades de ganar dependen del candidato que lleven, por lo que la preocupación sobre cómo van a jugar las barajas con las que cuentan ha inundado a la coalición Va por México. La senadora Xóchitl Gálvez era el nombre fuerte para esa nominación. Pero su repentina transformación en un fenómeno de aspiraciones presidenciales dejó huérfana a la interna opositora por el Gobierno de la capital, que de momento se disputan otras figuras con menos peso electoral.
Hasta hace unos meses, Gálvez era la opción más fuerte de la oposición de cara a las elecciones en la capital. Después de los malos resultados que obtuvo la formación del presidente en la ciudad en las intermedias de 2021, en las que perdió alcaldías como Cuauhtémoc, Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo o Tlalpan, la alianza que reúne al Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se posicionó bien en las encuestas con la senadora a la cabeza. Sin embargo, desde que Gálvez se coló en la pelea por la candidatura presidencial, dejó un hueco en la nominación capitalina que el frente opositor aún no tiene muy claro cómo cubrir.
Para algunos dentro de la alianza opositora, todo fue una jugada maestra de Andrés Manuel López Obrador para evitar la nominación de Gálvez a la Ciudad de México y afianzar las posibilidades del partido guinda en la capital. El presidente nombró hace unas semanas a quienes, a su parecer, encabezarían las listas de Va por México a la presidencia y al Gobierno capitalino. Gálvez en la primera, y el alcalde de la Benito Juárez, Santiago Taboada, en la segunda. “Hasta el candidato de la oposición lo está escogiendo el presidente”, se quejaron algunos públicamente. Desde entonces, la senadora del PAN ganó un terreno en la agenda pública que la ayudó a consolidarse como la favorita de la interna del Frente Amplio por México, provocando la expectativa entre sus filas de ser capaz, al menos, de disputar con Morena unas elecciones presidenciales, algo que la oposición no tenía hasta ese entonces.
Gálvez ha dicho que si no logra la candidatura presidencial, podría participar en la interna para elegir al representante de la oposición en los comicios de la ciudad. Hasta ahora los números indican que es la mejor posicionada entre sus contrincantes también en la presidencial. Una figura fuerte en la boleta presidencial le serviría a Va por México no solo para disputar el puesto en Palacio Nacional frente al enviado de López Obrador, sino también para arrastrar votos en los Estados y ganar más curules en el Senado y la Cámara de Diputados, que se renovarán por completo en 2024.
La nominación de Gálvez a la candidatura presidencial resulta una moneda de dos caras para la dirigencia del PAN, cuentan algunas fuentes de la formación blanquiazul a este periódico. Por un lado, resuelve un conflicto interno porque deja abierto el camino a Taboada, miembro de la corriente del diputado Jorge Romero, una rama que ganó en los últimos años mucho espacio puertas adentro gracias a los voluminosos aportes de dinero a las campañas electorales que hicieron a través de la Benito Juárez. De acuerdo a las mismas fuentes, esos montos fueron tan grandes como los aportes que hicieron algunos Estados enteros. Sin embargo, la movida de Gálvez a los comicios federales provoca al mismo tiempo conflictos internos, por tratarse de un perfil poco afín a los líderes panistas.
El desafío de la oposición es enorme. Morena ganó cómodamente con Claudia Sheinbaum en 2018 y el único antecedente alentador para el frente opositor fue el voto castigo que la ciudad le dio a la formación del presidente tres años después. La marcha de Gálvez deja unas barajas bastante menos populares en las encuestas. Además de Taboada, que tiene una buena imagen en su alcaldía, pero no es muy conocido fuera de sus confines, está la senadora Kenia López Rabadán (PAN); el diputado Luis Espinosa Cházaro (PRD); y la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón. El problema de estas opciones, comentan puertas adentro, lo retratan las encuestas. La quiniela de las segundas opciones merman las posibilidades de una victoria de Va por México en la capital.
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